Durante más de 300 años la familia española Valdivieso se asentó en estas tierras, mezclándose con la gente Cañar y así generando un pueblo mestizo que comparte la misión de ser los guardianes de toda esta rica historia de la humanidad.  Después de muchas generaciones el cuidado se mantiene por taita Alejo (que vive en un edificio con más de 275 años) y su hijo Taita Juan Alejo Océlotl Tonatiu y su esposa Sabine Cihuatlcoatl.

Observar y cuidar la naturaleza son normas que se cumplen con amor y  alegría en esta familia. Aquí respetamos la libertad de todos los seres vivos,  se puede ver la manera libre que todos los animales viven en un área de alrededor de 500 hectáreas. Este amor a la vida y el respeto de todo el conocimiento acumulado por Zhuracpamba en sus interacciones hace que sea un lugar con poder curativo único.
En 1992, frente a los ojos del mundo se lleva a cabo el encuentro internacional Ecológico EcoRio92, la humanidad vuelve a cuestionarse la forma en que la sociedad funciona y propone alternativas para una mejor relación con la naturaleza. Al mismo tiempo, un grupo de activistas ambientales se reúne en Quito, convocado por la Conaie, siendo parte de los invitados el Taita Alejo y otros jefes de las tradiciones nativas americanas. En este tiempo se concluye que el momento de prestar atención a la forma en que los pueblos indígenas se relacionan con la naturaliza ha llegado  y para esto  primero habría que sanar los corazones de la gente para luego pensar en acciones concretas.

Es así como nace en Zhuracpamba la Reunión e Integración de las Tradiciones y Medicinas de los Pueblos Indígenas de las Américas de norte a sur, con el fin de aprender el conocimiento  de la naturaleza  de la forma más pura posible, con el corazón y abriendo la posibilidad de darse cuenta de que todas las lecciones necesarias en la vida humana pueden ser transmitidas por los elementos, es decir, por la propia naturaleza.
En 1992, Zhuracpamba se convierte en el primer lugar del mundo contemporâneo del América del Sur en recibir  el Temazkal, la búsqueda de visión y la danza del sol y la interacción entre las medicinas de Aguacolla (San Pedro),  Peyote y Ayahuaska.
Independiente y con mucha resistencia, Zhuracpamba sostiene y  apoya  esta manera de vivir en armonía con la Madre Tierra y el respeto de toda la sabiduría de los pueblos originarios de las Américas.

Actualmente Taita Juan y Mama Sabine ofrecen a las personas la oportunidad de relacionarse con las medicinas del tabaco, el Aguacoya, la ayahuasca, Kambo entre otras durante las ceremonias y ritos tradicionales de Temaskal, Búsqueda de Visión,  Danza al Sol, Danza al Agua, Caminatas de poder, la Cosecha y la Preparación de Aguacolla (San Pedro) y trabajos específicos con  mujeres.
Zhuracpamba necesita de fondos para mantener la seguridad de todos sus seres y  montañas a través del proyecto kuntur, que busca transformar la zona en un santuario nacional de los cóndores para evitar que en el futuro sea destruída o vendida. Participando en este proyecto usted  está contribuyendo al mantenimiento de este espacio sagrado.